sábado, 13 de marzo de 2010

Terremoto


No tengo la desdicha de haber vivido una guerra y no es una experiencia que quisiera vivir, sin embargo, desde finales de febrero hasta ahora, principalmente los días posteriores al terremoto, he vivido con los temores y resguardos de un ataque sorpresa, del enemigo tierra.

Esta simple analogía puede explicar el sentir de estos días, donde nada ha vuelto a ser normal y donde cada réplica nos recuerda que estamos en estado de alerta.

Muchas cosas se han dicho sobre este terremoto y mucho se ha descrito, por lo tanto, cualquier comentario sobre lo vivido o la situación misma no reviste de mayor importancia o aporta algo de valor al hecho.

Se destruyeron poblados completos de mi país, que no estaban preparados para este terremoto, se destruyeron sueños completos, familias completas, vidas completas. Quedaron muchos pueblos en ruinas, pueblos fantasmas con gente que parece fantasma.

La diferencia con la guerra, es que siempre el enemigo tiene rostro, sabes como es su bandera, quien lo dirige, datos duros. Acá no hay culpables ni responsables.

Para los medios de comunicación, lo mas importante fue que se cayó un edificio de lado en Concepción y entonces bautizaron ese sitio como zona 0. Curioso, porq fue sólo un edificio, en Contitución por ejemplo, casi no quedan casas en 10 cuadras a la redonda del rio, pero claro, causa mas impacto medíatico un edificio caído completamente en una gran ciudad que un pueblo entero destruido.

En la tragedia también se vivieron otros males producto del terremoto, se vivió de una forma descarada el sinismo, el aprovechamiento político, la "chaucha". Muchos on estuvieron a la altura de la situación y buscaron culpables para aparecer como heroes. Hubo descoordinaciones, errores graves, miedo, ira, frustraciones. Hubo muchos antisocial que robo descaradamente, que asalto descaradamente, que lleno de bencina sus autos, que lleno innesariamente su despensa, que se minimizó como ser humano.

Hubo excesos, como el exceso de patriotismo por ejemplo y hubo mucho mas individualismo que en catástrofes pasadas.

Hubo tambien cosas buenas, notables, conmovedoras. La fuerza de alguna gente me emocionó mucho y me hizo admirarlas.

Por mi parte, aproveché de conocer a muchos de mis vecinos, de hacer nuevos amigos y reforzar vínculos con otros, poner en orden lo importante.

Seguimos alerta eso si.


Se me cuidan, perdón por no escribir antes.


Byes.

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